Me parece que antes de revisar si es funcional o no enamorarse a determinada edad, creo que vale la pena recordar un poco lo que significa el proceso de enamorarse y sus características más comunes.
Cuando nos enamoramos definitivamente la percepción de la realidad, el tiempo y el espacio cambia, lo que el enamorado o la enamorada percibe es totalmente diferente a lo que el resto de la gente ve. Hay una realidad subjetiva, el pensamiento por el otro puede ser obsesivo, la carga de energía es mayor, es decir, vibramos en una frecuencia diferente y podríamos decir que hasta más elevada, se idealiza al ser amado, el lenguaje corporal es distinto y hay una mayor sensibilidad en nuestro ser. Uno busca fusionarse con el otro, tanto en forma física como emocional y podríamos decir que hasta espiritual. Algo cambia dentro de nosotros, vivimos con mayor intensidad.
En el caso específico de si conviene o no enamorarse cuando uno se encuentra a una edad avanzada, donde muy seguramente ya habremos atravesado la mitad de nuestra vida, mi respuesta sería que es totalmente posible y aceptable; lo que muy probablemente cambie es la manera en cómo lo hacemos.
«Nadie experimenta en cabeza ajena», es un refrán muy conocido y me parece que en esta ocasión viene mucho al caso, ya que definitivamente la ventaja que nos brinda el enamorarnos a mayor edad es que contamos con un recurso extra y muy valioso que es la experiencia, la cual nos brinda herramientas que podremos aplicar en el presente con el fin de que la vivencia sea más significativa y satisfactoria.
Sin embargo, considero que sin importar la edad, al enamorarse, uno revive todas esas sensaciones y emociones que nos indican que estamos inmersos en un mundo único e irrepetible, es como si hubiera una memoria corporal en nuestro interior en la que se queda grabada esta maravillosa información y basta con toparnos con esa persona especial para que el botón se vuelva a encender.
Lo que en este caso valdría revisar es lo que ahora queremos hacer con esta nueva avalancha de sensaciones y emociones que brotan de nuestro ser, cómo las queremos encausar y qué queremos lograr con ellas, ¿únicamente vivir la magia que irremediablemente terminara con el paso del tiempo y saltar a una nueva aventura? ¿comprometernos en una relación a largo plazo con claras expectativas? ¿involucrarnos en una relación total que procure el desarrollo de ambos integrantes de la pareja?
Cada quien tiene el derecho a elegir, lo que sí es claro es que los años nos proporcionan una mayor capacidad y libertad de elección que pienso deberíamos ejercer por derecho propio, pero sobre todo con la madurez de aceptar que si decidimos entrarle es por voluntad propia y que inclusive somos responsables de los sentimientos que puedan emerger de la experiencia. Y tú, ¿te darías la oportunidad?
La terapia es una alternativa que nos permite conocernos mejor a nosotros mismos y aclararnos acerca de cuáles son nuestras necesidades reales para elegir a la pareja que vendrá a complementarnos.
Si deseas agendar una cita envía un correo a aleprieto@emocioneser.com.mx