Ante una realidad como la que hoy en día enfrentamos, en el que la frontera de los mundos “on line” y “off line” (en línea y fuera de línea), de los niños, niñas y adolescentes es prácticamente invisible, es conveniente definir parámetros de convivencia digital que aseguren un uso adecuado de las tecnologías de la información y de la comunicación.
Advertir a los chicos y chicas de las distintas maneras de tomar precaución y de asegurar una interacción sana con aplicaciones tales como el chat, las redes sociales, la web y los videojuegos, resulta necesario para que éstos se vinculen de manera asertiva con los distintos entornos virtuales a su alcance.
Como adultos tenemos que estar abiertos a las distintas formas en que los jóvenes se comunican e interactúan entre sí, ya que al ser empáticos con su experiencia les brindamos la confianza necesaria para que nos compartan sus saberes, mismos que podemos integrar en la búsqueda de soluciones para edificar los nuevos mecanismos para el buen aprovechamiento de la tecnología.
Una convivencia digital sana implica el ser capaces de identificar los beneficios que las tecnologías de la información y de la comunicación nos ofrecen; pero sobre todo, estar conscientes de que son éstas herramientas las que están a nuestra disposición y no por el contrario volvernos dependientes de su uso para continuar avanzando en la vida.
De igual manera, capacitar a los niños y niñas acerca de cómo prevenir y manejar riesgos y la manera de solicitar apoyo en caso de ser necesario, así como garantizarles el acceso a información segura, los ayuda a protegerse de situaciones como son la explotación y el abuso infantil que cada día son más alarmantes a consecuencia de fenómenos como el grooming, el sexting, el ciberbullying.
Conscientes de que la transformación tecnológica condiciona en gran medida la manera en que los seres humanos nos relacionamos hoy en día, debemos ser capaces de aprovechar las mejores experiencias para hacer de la frontera entre lo virtual y lo real un terreno fértil para sembrar nuevas formas y posibilidades para un contacto significativo entre personas.
Próximamente daré mayor información acerca del taller “Uso responsable de las tecnologías de información y comunicación” que impartiré a grupos de adolescentes. Mientras tanto, te invito a que te acerques a tus hijos para conocer sus vivencias y a que en conjunto lleguen a acuerdos sobre las mejores maneras de beneficiarse de estos recursos.